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"Aunque Encarnación Maldonado nunca deseó ser carpintero, a los 16 años tuvo que trabajar en un taller de acabados, cuando llegó a Lima desde Cañete. Allí aprendió a pulir y a pintar muebles. Y algo tocó su madera de emprendedor. "Junté capital y compré mis propias herramientas", recuerda. En 1968, la Av. San Luis era ideal para alquilar un pequeño local. En la capital todavía no había asentamientos humanos, ni migraciones y Villa El Salvador era una visión futurista."
"Como era creativo, allí empecé a diseñar y a fabricar muebles que vendía en ferias", dice. Las cosas marchaban bien: en dos años, Maldonado ya tenía 20 empleados a su cargo, que trabajaban en una fábrica de 200 metros cuadrados. El tiempo pasó, se confió y a los 25 años todo ese imperio de madera se apolilló. "Confié demasiado en un empleado que dejó de pagarle a mis proveedores. La deuda me obligó a vender toda mi fábrica", dice. Hizo cachuelos durante buen tiempo, hasta que otra vez le propusieron abrir un taller. Esta vez, en un arenal, donde no crecían los árboles. "Y tal parece que la mano de Dios nuevamente me acompañó, esta vez en Villa El Salvador", recuerda.
"Maldonado cuenta que su primer trabajo fueron 4 sillas de madera que gustaron tanto a una cliente que, a los pocos días, le pagó un dinero adelantado para fabricar otras 18 sillas. Con esa plata compró más implementos y herramientas para crecer nuevamente. Y había perfeccionado un método para diferenciarse: ofrecer modelos diferentes para cada cliente. "El mercado había cambiado mucho y, dado el crecimiento de los distritos, decidí concentrarme en el parque industrial", afirma."
"Tuvo 4 tiendas, pero hoy solo tiene una de 3.500 metros cuadrados, donde se exhiben exclusivos muebles, cuyos precios fluctúan entre los S/.1.500 y S/.4.500. Muebles Maldonado ofrece estos productos por Internet, a clientes de todo Lima y provincias. A la par, tiene tres fábricas en Villa El Salvador. En dos de ellas se diseña y elabora, mientras que en la otra se hacen tapizados. Allí se hacen 140 juegos de sala, comedores y dormitorios por día. Y parece que el mercado local le está quedando chico, pues ya está pensando en exportar a EE.UU. o Europa. Si pudo levantar su negocio dos veces, seguro que lo cumplirá.
MIS CLAVESDiferenciar roles. Trabaja con su esposa Gladys, quien se encarga del área de comercialización, mientras que él supervisa el diseño y la fabricación."
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