martes, 23 de octubre de 2007

Gamarra Capital de la Moda

Por Jesús Claros

Una experiencia de exitoso progreso comenzó a gestarse hace aproximadamente tres décadas en virtud al empuje de algunas personas, con poca instrucción en algunos casos, pero con una gran vocación de trabajo. Ha transcurrido el tiempo y hoy Gamarra es uno de los principales emporios comerciales de Lima y el Perú.

A unas cuadras del Mercado Mayorista, en el populoso distrito limeño de La Victoria, comenzó a generarse una labor marginal; que después fue cambiando hasta crearse una mixtura entre el Perú formal y el informal, liderados por Juan Infante, un joven empresario nacido en el distrito capitalino de San Borja.

Sobre él podemos decir que la Revista Time y la cadena CNN lo designaron como uno de los tres peruanos líderes del próximo milenio.

Infante actualmente lidera la Coordinadora de Empresarios de Gamarra, cuyos locales que expenden productos textiles, reciben hoy a más de 150 mil visitantes por día.
La mira de los dirigentes de este emporio comercial está dirigida al año 2005, fecha en que Gamarra debe ser ya el Centro Latinoamericano de la Moda, a través de comprometer los esfuerzos del Estado, el sector privado y la cooperación internacional. Apuntan a que sus empresas alcancen un mejor nivel competitivo con tecnología de punta y así hacerse sentir en el mercado mundial.
Su principal dirigente Juan Infante, disertó sobre la experiencia de Gamarra en una conferencia organizada por el Grupo de Trabajo en Cultura del Congreso de la República del Perú y cuya síntesis damos a conocer.


CIFRAS
Gamarra cuenta con 120 galerías comerciales en un espacio de 40 cuadras; 14 mil locales se dedican al comercio y/o industria de la confección y a los textiles; da empleo a 60 mil personas; moviliza cerca del 60% de todo el sector textil y confecciones peruanas destinadas al mercado interno. Se estima que moviliza más de 800 millones de dólares al año.
Único en Latinoamérica, es el lugar con más empresarios compitiendo en el Perú, con el mayor número de transacciones comerciales por minuto, en el país. Se estima que en los últimos ocho años en Gamarra se invirtió alrededor de quinientos millones de dólares entre edificios, maquinaria textil y de confecciones.

A pesar de esta explosión comercial, no ha generado aún canales de desfogue hacia el mercado externo y en la actualidad su oferta de mercado interno ya tocó techo.
Su rápido desarrollo originó la presencia de más de tres mil ambulantes y de negociantes de mercadería de contrabando y subvaluada, así como de negociantes que basaban su éxito en la evasión de impuestos.

En los alrededores de Gamarra se vivía una fiebre de competidores desleales, ambulantes, contrabandistas, subvaluadores y evasores, y el Estado fiscalizaba básicamente a los honestos.

¿HÉROES O VILLANOS?
Los primeros empresarios de Gamarra fueron unos héroes; pero en el transcurso de los años han pasado muchísimos empresarios que hoy no están en el mercado, que se equivocaron, que no supieron llevar su negocio y algunos no supieron honrar sus deudas; y no por ganas de hacer perro muerto, sino sobre todo por falta de manejo gerencial; y a veces también, por no poder resistir a su éxito.

La globalización también ha hecho que quienes hace unos años hayan sido talentosos hombres de negocio, hoy estén probablemente en camino a ser desplazados.

A pesar que no hay cifras ni estadísticas oficiales me aventuro a decir que el 1% sabe inglés; menos del 10% lee las páginas económicas de los diarios serios por lo menos tres veces por semana; menos del 5% ha leído un libro sobre gerencia en el último año; menos del 15% asistió a un curso de desarrollo gerencial en el último año o manda a sus trabajadores a capacitarse o tiene una computadora en su negocio, de los cuales menos del 10% sabe utilizarla y menos del 5% se conecta a través de Internet.
Menos del 20% tiene mandos intermedios entre él y su personal operativo, menos del 10% del personal de Gamarra tiene educación superior. En aspectos gerenciales hay un absoluto atraso.
Sin embargo, esa realidad es revertible como una constante de muchos empresarios en diferentes partes del mundo hasta que llega a la era del conocimiento, de la información.
Creo que nos hemos quedado en lo que es la profesionalización de nuestras empresas y la reingeniería necesaria. Hay empresarios exitosos que nacieron en Gamarra y comienzan a diversificarse sin tener aún ordenada sus empresas matrices.




EL ESTADO Y LAS EMPRESAS DE ETIQUETA
El proceso de cambio en la economía peruana lo lideró el Estado y algunos pocos empresarios que apostaron por el modelo liberal, aunque el proceso para muchos no haya sido necesariamente del todo bien llevado.

Las empresas de etiqueta, esto es las grandes empresas y las empresas manejadas profesionalmente, generaron, luego de los feroces azotes que el ministro Boloña les dio allá por el año 92, su propia oferta de recambio, aparecieron instituciones comandadas por el grupo Apoyo que le generaron servicios de capacitación, consultoría, primero de carácter general, y luego las de carácter específico.

Los servicios financieros a los que accedían también estas empresas mejoraron y la institucionalidad pública que las atendía ahora los comprendía más y los atendía mejor. No pasó lo mismo con nosotros.

El Estado hizo su aparición en Gamarra con un operativo militar de la Sunat en 1992, en el 95 volvió con tres seminarios que coorganizó la revista Gamarra con el Indecopi; en el 96 volvió con la Sunat bajo el liderazgo de Adrián Revilla también para seminarios. También existieron algunos intentos fallidos y esporádicos del vicepresidente Márquez para generar alguna actividad de promoción pro exportadora con la pequeña empresa de Gamarra. Luego de las movilizaciones de los empresarios, se instala en el año 99 algunas sedes institucionales de oficinas del Estado, aún tímidamente y con bajo presupuesto para sus tareas.

Si esto ocurrió durante estos años con institucionalidad pública, lo mismo o más grave pasó con la privada y con las empresas de etiqueta, rehusó llamarlas formales, y no todas entran en la categoría de grandes empresas, así que permítanme llamarlas de etiqueta.

La banca recién colocó su primer cajero automático a fines del año 96. Recordemos que "Ramón", el primer cajero automático, llegó al Perú en el año 78. A nosotros nos atendían en la calle hasta el año 96, bancos a los cuales no voy a mencionar, sea con sol o con lluvia cerraban sus puertas y atendían de diez en diez, dejando a todos los demás empresarios en la cola, afuera.
Una ONG hizo una tímida aparición, también fallida, en el año 96, y luego dos más la siguieron también tímidamente y con fracasos.

A partir del '98 y sobre todo en el año '99 la situación empieza a cambiar. Aunque aún las empresas que brindan capacitación como institutos, universidades, escuelas de administración de negocios, empresas de seguros, fondos de pensiones, las ligadas a la informática, aún no han pisado Gamarra.

Creo que eso tampoco nos debe sorprender mucho porque las grandes empresas proveedoras de insumos textiles y confeccionistas exportadoras tampoco mostraron durante todos estos años voluntad de entrar a luchar con fuerza por un Gamarra más competitivo. Yo recuerdo que hasta el año '95 ninguna empresa de las grandes importadoras de maquinaria de confecciones había puesto una oficina en Gamarra, teniendo ya aquí más del 50% de sus ventas.

Ausencia de confianza e incomunicación, carencia de vínculos, son palabras que pueden sintetizar la relación entre el mundo de las empresas sofisticadas, globalizadas con el de las empresas de Gamarra, con lo cual todos perdemos: ellos pierden potenciales clientes; nosotros perdemos conocimiento e información; ellos y nosotros, la posibilidad de convertirnos en socios de negocios.
Gamarra es hoy por hoy el centro comercial del Perú. Desde hace años ya lo era, pero Gamarra quiere más, quiere convertirse en la capital latinoamericana de la moda en el 2005 ¿ustedes creen que es posible? Pues debemos conseguir una cantidad de dinero importante ¿saben cuánto? más o menos 12 millones de dólares para poder desarrollar en los próximos tres años un agresivo programa de desarrollo empresarial que permita:

1) Que nuestras empresas y trabajadores superen las actuales deficiencias.
2) Que genere un clima de confianza para que las empresas de etiqueta confíen y nos consideren sus socios de negocios.
3) Esa cantidad de dinero nos permitirá conocer y penetrar el mercado de países vecinos como: Ecuador, Chile, Venezuela, Bolivia, Argentina y Colombia.
4) Nos permitirá integrar con los diseñadores de moda nacionales y extranjeros, de manera que se construya nuestra propia moda gamarrina.
5) Nos permitirá tener una sólida institucionalidad con la presencia del Gobierno central, local y representantes empresariales, que cuente a su vez, con un equipo gerencial de primera categoría.
Nada se va a lograr si a través de la cooperación internacional o de nosotros los empresarios o una mezcla de las tres fuentes no se consiguen los recursos que permitan desarrollar un programa integral que lleve a Gamarra a ser la capital latinoamericana de la moda en el año 2005. Es necesario un capital semilla que permita generar convenios de cooperación para un programa de desarrollo.



LA PROPUESTA

A. Adecuación de la gerencia de Gamarra a los nuevos conceptos gerenciales.

Los instrumentos que necesitamos:

- Diez eventos con los mejores expositores de la gerencia mundial cada año. El costo aproximado de cada uno, 35,000 dólares; el total por año, 350,000 dólares.
- Un seminario semanal con lo mejor de los docentes de la alta gerencia peruana. Costo por seminario: 2,000 dólares. Total: 45 semanas, 90,000 dólares.
- Un programa de asesoría gerencial, que implicará contratar a diez masters en Administración a disposición total de los empresarios gamarrinos. Costo aproximado por mes de estos diez masters: 30,000 dólares; 3,000 dólares por persona.

El costo total al año son 360,000 dólares. Si nosotros contamos con ese programa yo calculo que en un año y medio o dos vamos a tener totalmente renovado los conceptos gerenciales de los empresarios de Gamarra. Esa inversión la hizo el gran empresario peruano y hubo muchas entidades que han hecho negocio brindando los cursos de capacitación. Costaban más o menos 500 dólares y duraban un día. Se trajo a Peter Drucker y a lo mejor de la gerencia mundial.

B. Programa de reingeniería de las empresas de confecciones.

Es necesario un programa para hacer mucho más productivo el sector. Se propone la asesoría a empresas de confecciones, y para esto se requiere la contratación a tiempo completo de 30 ingenieros industriales especializados en confecciones para la asistencia de las empresas confeccionistas. El costo por mes, 60 mil dólares a 2 mil dólares por ingeniero industrial; el costo anual sería de 720,000 dólares. Estos 30 ingenieros asesorarán de tal manera que se renueve la forma de confeccionar que tienen hoy las empresas gamarrinas.

C. El programa de capacitación del personal.
En una tienda, comí un sandwich y digo: "¿cuánto es señorita?" "¡Cuatro!" me dice. "Un favor -le digo- ¿por qué no me dice: cuatro, señor. Me voy a sentir más contento". "¡Ah! tienes razón". En otra tienda pregunto: "¿Cuánto es?" "¿Eso no más vas a llevar?" me dice la dueña, que atendía. Le digo: "Oye, me haces sentir mal. ¿Por qué no me dice: no desea alguna otra cosita? Son 28 soles".

Wong ha tenido en el país la enorme habilidad para transformar en una semana a personas que no saben atender bien en personas que atienden estupendamente. Por eso es importante desarrollar un programa para nuestras vendedoras.

Instrumentos:
Se pueden capacitar a 12 mil vendedoras en un año, con un mes efectivo de capacitación por vendedora. El costo por cada una sería de 50 dólares. En un año suman 600,000 dólares de costo total.

Capacitación de operarios. En un año se pueden capacitar a 6,000 operarios a un costo de 200 dólares cada uno en un mes. Total por seis mil operarios de confección es un millón 200 mil dólares.

D. Un programa de fomento a las exportaciones.
Primero.- Se apostó y se quiso que enviáramos productos a las grandes cadenas norteamericanas, fracasó.

Segundo.- Por presiones se logró que se consiga la exportación para la pequeña empresa confeccionista básicamente en el mercado sudamericano.
Se han hecho estrategias, pero no las adecuadas por lo que proponemos la instalación de seis oficinas comerciales en: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Venezuela.
A un costo mensual de cada oficina de 15 mil dólares. En el año, las seis son un millón 80 mil dólares. Y luego, el último de los programas es el programa de posicionamiento como capital latinoamericana de la moda.

Si somos capaces de atraer a los diseñadores tenemos que contratar a cinco modelos de primera categoría; además si conseguimos que esos diseñadores nos brinden cursos de moda, estoy seguro que apenas se haga el evento vamos a congregar la atención de todos los diseñadores de moda de Sudamérica y de Latinoamérica, con lo cual con un solo evento estamos ya convirtiendo a Gamarra en un centro que a nivel latinoamericano no pasa en otras ciudades de América Latina con respecto al diseño de modas.

Calculo que el costo por evento es de 500 mil dólares, y dos por año hacen un total de un millón.
Además podemos hacer cuatro desfiles de moda anuales en las calles de Gamarra con la exposición de los trabajos de los mejores diseñadores de moda peruanos. El costo de cada uno de estos eventos es de 70 mil dólares, anual equivale a 280 mil dólares.

La última cuestión que hay que tener es una institución sólida, conformada por representantes del gobierno central, del gobierno local y los empresarios para que gerencien estos programas.
Este agresivo programa tendría un costo anual de 6 millones 680 mil dólares, si es que las cifras son las justas y creo que no he exagerado, ni tampoco me he quedado corto.

Además yo creo que el empresariado de Gamarra podría ir asumiendo progresivamente el 10% de este costo en el primer año, el 25% en el segundo y quizás el 50% en el tercer año.

Si asumimos que Gamarra factura 800 millones de dólares en el año y tributa 144 millones, este programa le costaría al Estado peruano, si es que decide asumirlo íntegramente él, que es menos del 10% de lo que recauda en Gamarra en un año por concepto de IGV; esta inversión se recuperaría cuando Gamarra genere apenas 67 millones de dólares adicionales en sus ventas.

El 18% de 67 millones son 12 millones y yo les pregunto ahora, ¿creen que es posible que Gamarra se convierta en la capital latinoamericana de la moda en el año 2005? ¿Será posible que coloquen masivamente sus productos en por lo menos seis países del continente? ¿Creen que es posible?

Los empresarios de Gamarra creemos que tenemos un futuro promisorio si es que nuestro socio el Estado conviene con nosotros en la tarea de desarrollar una fuerte industria de las confecciones en el Perú.

Si encontramos una fórmula viable para que esta propuesta lo sea, no dudamos que el beneficiado será el Perú.

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